11 septiembre 2006

La informática y otros chismes




Soy un “informático”, el que intenta comprender los misterios de un ordenador que “se cuelga” sin motivos aparentes. Los motivos, casi siempre, son algo misteriosos, algo que pertenece a otra ciencia no exacta, al oscurantismo tal vez. No hay materia, que yo sepa, con un nivel tan alto de desconfianza en su funcionamiento. Si los aviones tuvieran el mismo nivel de fallos, los buitres vivirían en los aeropuertos y se hartarían allí mismo sin tener, apenas, que levantar el vuelo. Si los médicos se colgaran tanto en sus intervenciones, sería más confiable un brujo del Amazonas.

Nada funciona a la primera. Y, en ocasiones, nunca. Todo es incompatible entre si. Cualquier paso que se dé para solucionar un problema implica un obstáculo cada vez mayor. Tal vez sea yo el gafe, pero la verdad, me he encontrado con una decena de obstáculos antes de ni siquiera poder diagnosticar el fallo de un ordenador.



La informática es campo abonado para que todo salga de cualquier manera excepto a la esperada.


Por ejemplo, si debo instalar un programa de diagnósticos, que teóricamente debería darme una ligera pista (con eso me conformaría) del motivo de su extraño comportamiento, se me han dado casos en los que el lector de CD no funcionaba, lo cambio y no hay espacio en el disco duro, hago espacio y me dice que no hay suficiente memoria RAM para trabajar, se la pongo y me pone que el sistema operativo no es compatible… Casos así, de diversas maneras, a centenares.



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