EL TRÁFICO: Legislación
Con la tecnología actual, si yo fuera ministro, promulgaría una ley por la cual todo automóvil saliera con un equipo electrónico configurado de tal manera que, al sobrepasar la velocidad máxima establecida por la ley, automáticamente se efectuara una autodenuncia electrónica con copia a las autoridades de tráfico y transferencia instantánea desde el banco del infractor hacia las arcas del Estado. Como creo que soy, aunque a veces no lo parezca, menos rácano que los que llevan el ministerio de Hacienda, el importe de una de cada cinco multas iría a parar, al azar, a la cuenta de uno de los miles de conductores que no hayan cometido infracciones en los últimos cinco años. Siguiendo con el mecanismo de autodenuncia, el cual tendría como parte fundamental la identificación del conductor mediante muestras del ADN - sin las cuales el coche no arrancaría - se podría permanecer dos minutos a esa misma velocidad. Pasado este periodo de gracia, o si se volviera a repetir la infracción, el proces...